Aunque parezca que escribo mucho, incluso demasiado, eso no es así. Ya saben: lo poco o lo mucho es algo relativo y siempre está en función de nuestros hábitos.
Yo, por ejemplo, no escribo sobre todo lo que leo, sobre cada uno de los libros que me satisfacen o me enojan.
Lo cierto es que sólo una pequeña parte de los volúmenes a los que accedo quedan después reflejados en un post. O en un artículo.
Incluso, de muchos libros que leo y releo varias veces por interés o irritación, no doy cuenta. ¿Acaso por la escasa calidad o la nula impresión causada? ¿O por pereza?
Por pereza, sí. O no, no necesariamente.
A veces, asimilo lo aprendido en dicha obra, procurando no hacer ruido. Lo asimilo y ya está. Eso sí: sin descartar que vuelva tras un tiempo de fermentación o maduración. Vale decir, que lo acabe citando o…
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